domingo, 5 de agosto de 2012

Blanca Nieves


Tú eres Blanca Nieves.

Tonta, ingenua. Ridículamente crédula. Un día de estos la vas a pasar mal de verdad, un día de estos te van a joder por estúpida. Un día de estos te van a joder, otra vez.

Huiste de casa, creíste que sería fácil adentrarte al horrible bosque al que tú llamas bosque encantado y yo llamo mundo real, supusiste que el trabajo y la dignidad se conseguían tan fácilmente como se consigue la ayuda ajena. Te adentraste a una casita llena de hombres asquerosos y creíste que te salvarían, que tu belleza sería suficiente para mantenerlos a raya. Pero te rallaron a ti, primor.

Porque no eres nada especial, porque no eres una princesa, porque no tienes nada más que un corazón limpio que no sirve de nada, que no produce, que no libera, que no hace nada más que estar limpio. Como tú. Porque la fórmula de la pureza es la inercia. Eres Blanca Nieves porque aceptaste la manzana, te la comiste entera, disfrutando bocado a bocado y luego caíste en la misma inconsciencia en la que todas las demás personas sin nada especial caen. Eres una tonta, Blanca Nieves, porque ya no pudiste despertar.

Te dormiste, princesa tonta, te dormiste y ahora no vas a despertar.

Te quedarás dormida, con el pedazo de manzana no digerido en la boca hasta que se pudra ahí. Hasta que te carcoma el alma y te quedes también sin eso, princesa.

                                                       (La imagen no me pertenece)
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Reflexión, relato o lo que sea que escribí hace tiempo. Siempre me han gustado los cuentos, y siempre me han gustado los clichés tirados en el suelo y con veinte puñaladas en el pecho, así que este no podía dejar de ser lo primero que publico aquí. Espero que les gustara, toda las opiniones y criticas (con la intención que sea) son bien recibidas =).
Hay muchas cosas que me gustan. Quien me medio conozca de inmediato dirá que lo que más me gusta es escribir, pero lo cierto es que lo que más me gusta es dormir. Con eso dicho, este blog debería llamarse "Hada Con Sueño", porque siempre lo tengo. Sin embargo, cuando escribo olvido el sueño. Olvido lo que voy a ser y lo que he decidido imposible ser, me olvido, en otras palabras, que nunca seré escritora profesional, que nunca dedicaré mi vida a las letras. Cuando escribo soy escritora y eso es lo que importa. Cuando escribo se disuelven mis sueños (no sólo mi sueño) y me convierto en lo que, primariamente, soy.